Aló, mom puturrús de foie.
Hace tanto tiempo que no actualizo esto, que casi no recuerdo cómo se hace. Pero hoy ha sucedido algo de lo que necesito hablar. Algo relacionado con Carlos Hugo Becerra.
A Carlos Hugo Becerra lo conocí en este mundo de blogger hace casi tres años por un amigo común. Cuando comencé con este cloaquil sitio llamado ‘La Rata Infecta’.
Dijera lo que dijese en este lugar, publicara lo que publicase, siempre tenía alguna réplica ingeniosa que hacerme en cada una de las entradas. Con humor o vehemencia, él nunca fallaba.
Nació en Argentina y, como yo le decía en alguna ocasión, como buen nacional del país que le vio nacer, ‘estaba encantado de escucharse’.
Del blog pasamos a Facebook, y seguimos manteniendo un contacto más o menos asiduo. Tenía graves problemas de corazón, llevaba más de cuatro años esperando uno y había aprendido a hacer del monitor de su PC una ventana a la realidad, ya que no podía vivir de la misma forma que los demás. Era consciente de su problema y, en cada post, en cada comentario, se veían sus ganas de beber cada gota que le ofrecía la vida. Decía a menudo que era injusto que alguien tuviera que morir para que él pudiera continuar. Que era una paradoja cruel. Pero, aún así, Carlos no se rendía. Esperaba y se ilusionaba. Respiraba, se impregnaba de todo lo que le rodeaba y seguía dejando su huella.
Sólo ‘hablé’ con él una vez por teléfono. Y lo entrecomillo porque, en esos cinco minutos, no dejó de insultarme como sólo a los amigos les puedo permitir. Tras soltar su parrafadita (con su marcado acento), le pasó el teléfono a nuestro amigo común, sin darme derecho a réplica. Así era Carlos. Un torbellino. De emociones, de sensaciones, pero un torbellino.
Descansa en Paz, ciberpapi. Espero que, estés donde estés, lleves lo bueno que compartiste con nosotros. Siempre te llevaremos en nuestros corazones. Sabías lo importante que era vivir, pero te olvidaste de quedarte.
Hasta pronto… hasta siempre.
"Mortales, vivid cada día como si fuera el último, amad la ternura y el reír, respetad si queréis ser respetados, y nunca, pero nunca id a dormir con una pena o un anhelo pendiente pues el mañana puede ser lejano".
¡Un beso, mom petits de sussue!
