Jadelantos TéSnicos

Aló, mom puturrús de foie!

Sé ge sus he tenio abandonaicos mucho tiempo (tan mal acostumbraos su tengo a escribil tós los días…).
Este último finde me he io a un pueblecico adorasbles de Segovia en el ge no jay coyuntura y los moviletes no zurulan… ¡MKGONLALEXE…! Como si me jubieran castrao.
Esperarsus un momento…
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¡Grrrrrrrrrrrrrrrrrrrp! (Vuelta de rosca)
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¡Grrrrrrrrrrrrrrrrrrrp! (Otra vuelta más)
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¡Grrrrrrrrrrrrrrrrrrrp! (Otra vuelta… que diría Henry James)
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¡Plop!

¡Ya está, mis adorables ratones y ratitas! ¡Halehop! Ya me he quitado la boina y vuelvo a ser La Rata Infecta.



Como os decía antes de que mi trastorno bipolar campara a sus anchas por mi teclado y mi blog, este fin de semana he estado en un pueblecito adorable de Segovia: Sigueruelo. Donde todo es tan pintoresco, que casi no hay cobertura. Si pasáis por allí, no dudéis en pedir en el bar de la Plaza (sólo hay una plaza, por eso no pongo el nombre), una cerveza, vino o refresco, acompañada de unos deliciosos torreznos caseros que hacen en el mismo bar…
Y hablando de Torreznos, esta mañana me he vuelto a encontrar a Anselmo en mi cocina esperándome.





(Nota Mental: pedir orden de alejamiento).

Como no me apetecía tener una conversación cultural con él, y sabiendo que hoy él tenía una reunión muy importante con SU jefe… me he permitido la libertad de meter en su cartera para el curro un tarro de vaselina y un bote de Listerine…
¿Sabéis lo que ha hecho él después? ¡CABREARSE!Me ha dicho que él no puede presentarse así en el curro. Que qué vergüenza. Que qué se me había pasado por la cabeza. Que si estoy loca. Que si me falta un tornillo… Con ese cabreo supremo se ha marchado a la farmacia de guardia a por condones de sabores. Ya sabéis, hay ciertas reuniones en las que hay que ir protegid@ :-P

En fin, después de este paréntesis que no sé a qué se ha debido, os hablaré de algo curioso que me ha pasado hoy...

¡HE TENIDO QUE ENVIAR UNA CARTAAAAAA!

¡Dios mío! Yo pensaba que eso era del Jurásico. A continuación os detallo los pasos que he tenido que seguir:

1. Me armo con papel y un bolígrafo.
2. Coloco el papel sobre la mesa y el bolígrafo encima del papel.
3. Me doy cuenta de que presionando sobre el bolígrafo no se crean caracteres medianamente legibles en el papel. ¡Coño! Parece que hay que cogerlo con las garras/manos y pasarlo vertical o diagonalmente sobre el pliego.
4. Comienzo a escribir: ‘Estimado Alcalde de Rataciudad… Como abíamos conbenido…’. ¿Abíamos? ¿Conbenido? ¡Recoño! ¡Ya está! Sólo hay que borrar con la tecla adecuada… la tecla adecuada que está… aquí… ¡No! Esta tecla sólo hace que la punta se esconda… ¿No hay más teclas en el boli? Pues, entonces, pulso ‘ctrl+Z’ y elimino lo último… ¿Tampoco?
5. Me llaman por teléfono y voy a contestar.
6. Vuelvo. Ahora sólo tengo que abrir el documento desde archivo…, desde d/MiPerfil… ¿Dónde carajo se ha metido? ¡Ah! Que está sobre la mesa…
7. Continúo escribiendo. Parece que los folios no son eternos. Se me va acabando el papel. ¿Dónde hay más?
8. Termino de escribir la carta. La dejo sobre la mesa y busco el campo que dice: ‘C’. Aunque también me vale el ‘CC’ o el ‘CCO’. No lo encuentro. ¡MKGONLAOSTIAPUTA! ¿¿¿¿¿QUIÉN HA SIDO EL CAFRE DE LOS COJONES QUE ME HA BORRADO EL CAMPOOOOOO????? Levanto los pliegos, no está. Miro bajo la mesa, tampoco. Levanto el teléfono… Nada. ¡En algún sitio tienen que estar, ¿no?! Reviso uno por uno los papeles que hay SOBRE la mesa y es ahí cuando detecto el problema… SOBRE. ¿Cómo se puede ser tan ratatonta?
9. Cojo el sobre y escribo el nombre del destinatario. Debajo le pongo el asunto del correo. En la firma, pongo mi nombre: bubi@larratainfecta.com, y mi dirección: Avenida de la Podredumbre, Cloaca 23, Bubilandia.
10. Meto los papeles en el sobre y lo dejo sobre la mesa… ¿Dónde está el botón de enviar? ¡Ya está! Quizás, si lo dejo sobre la bandeja, salga solo…
11. Lo dejo sobre la bandeja que hay en mi escritorio. No hace nada. No pasa nada. Me hago la tonta. Comienzo a dar vueltas por el despacho como si el sobre no fuera conmigo. Lo miro de reojo. Quizás, si hago como si no estuviera allí, él mismo se marche por su propio pie. Sigo dando vueltas por el despacho. Me pongo a silbar. Cuento hasta diez. UNO… DOS… TRES… CUATRO… CINCO… SEIS… SIETE… OCHO… NUEVE… ¡DIEZ! Me vuelvo rápidamente, y compruebo que el sobre sigue en la bandeja. ¿Por qué le llaman, entonces, bandeja de salida?
Caigo en la cuenta de que necesito un buzón. Algo como ‘CORREOS’ (No, si ya quisiera yo, pero en el trabajo…). Cojo el sobre y salgo por ‘patas’ a la calle gritándole a todo el mundo: ‘ESTE SOBRE SALE DE AQUÍ POR MIS OVARIOS’.
12. Me lanzo a la calle con la carta en el hocico, corriendo por todas partes buscando ese maravilloso y gigantesco consolador amarillo con la maravillosa e imperativa palabra que ya os he comentado: ‘CORREOS’.
13. Por el camino me tropiezo y caigo de bruces, el sobre sale volando arrastrado por el viento. Salto, ignorando mis heridas, para recogerlo en el último momento e introducirlo en el buzón.
Las ratas que han visto lo sucedido me aplauden entusiasmadas. Los ratones silban el paradón y la acrobacia aérea. Todo el mundo está exultante. Pletórico por mi proeza.
14. Cuando me vuelvo veo el camión que se acerca al buzón a recoger las cartas para llevárselas y repartirlas o enviarlas. Y yo marcho nuevamente al despacho con una sensación de alegría.
15. Una sensación de satisfacción.
16. Una sensación un ‘pelín’ amarga.
17. Una sensación de contrariedad.
18. Una sensación de cabreo.
19. Una sensación de ser LA RATA MÁS GILIPOLLAS DE TODO RATALANDIA Y BUBICIUDAD.

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¡¡¡¡¡LA PUTA CARTA SE VA SIN SELLO!!!!!

XD


¡Un beso, mom petits de sussue !